Captura, uso y almacenamiento de carbono (HOJA INFORMATIVA)

La captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS) pretende convertir el carbono capturado en combustibles, fertilizantes y plásticos.

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Descripción y propósito de la tecnología

La captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS, por sus siglas en inglés) es una tecnología para la remoción de dióxido de carbono que pretende capturar el CO2 de los gases de escape industriales o directamente de la atmósfera. Teóricamente, el CO2 capturado se podría usar como materia prima de diversos productos por lo que se “almacenaría” en los mismos hasta que se libere de nuevo a la atmósfera.

Existen diversas propuestas para el uso y almacenamiento de CO2:  recuperación mejorada de petróleo, producción de productos químicos y combustibles a base de CO2, o de combustibles y productos a base de microalgas, plásticos a base de CO2, CO2 que se usa en materiales de construcción y en agricultura,  alimentación y forrajes. La tecnología de CCUS es un intento de hacer rentable la captura y almacenamiento de carbono (CCS, por sus siglas en inglés), es decir, no dejar dejar el CO2 únicamente “almacenado”. La mayoría de los escenarios de CCUS son apenas especulaciones, aunque algunas tecnologías ya se están comercializando.

La principal crítica a la CCUS —al igual que a la CCS y a la captura directa de aire (DAC, por sus siglas en inglés)— es que prolonga los impactos de la explotación de fuentes de energía sucia en las comunidades de todo el mundo, con graves impactos en la salud, la economía y la justicia ambiental, al mismo tiempo que hay escasa o inexistente evidencia de que con estos métodos se pueda enfrentar la crisis climática a la escala necesaria.

Adicionalmente, las emisiones de CO2 capturadas se volverán a liberar con el uso a la atmósfera en algún momento, lo que hace que la propuesta sea en el fondo inútil para detener el cambio climático.

Las emisiones no se almacenan de forma permanente, sino que se incorporan a los productos o se vuelven a liberar mediante procesos de incineración o descomposición. Además, la CCUS se basa en tecnologías de remoción de CO2, que demandan altas cantidades de energía, son muy costosas y tecnológicamente problemáticas.

Es probable que la CCUS provoque más emisiones de CO2 en lugar de reducirlas, pues la fabricación, el transporte y las infraestructuras necesarias para esta tecnología producen emisiones adicionales, y la propia captura y almacenamiento de carbono ya es propensa a generar más emisiones de las que secuestra (véase la reseña de la tecnología de CCS).

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